Hoy he estado mirando las disposiciones normativas de las distintas leyes autonómicas y ordenanzas municipales españolas en materia de protección animal. La verdad es que son muy similares (difusas y sin garantías que protejan los derechos de los animales), pero la similitud más vergonzosa se da en las excepciones.
Todas, absolutamente todas excluyen sin miramientos las diferentes festividades territoriales o municipales en las que participan toros o vaquillas.
(ironía: Activada)
La primera impresión que me causa es que quizá estemos equivocados y ahora los toros y vaquillas no son animales. Quizá sean seres inanimados cuya existencia gira en torno a los festejos crueles y denigrantes vinculados a la tradición más obsoleta de la Hispania profunda.
Sí, quizá sea ese el motivo por el cuál se permite excluir a estos animales de esas leyes u ordenanzas de protección.
O será por el dinero que mueve ese mundo. Infrahumanos ávidos de sangre que se corren viendo torturar a un animal hasta la muerte.
(Ironía: Desativada).
Todas, absolutamente todas excluyen sin miramientos las diferentes festividades territoriales o municipales en las que participan toros o vaquillas.
(ironía: Activada)
La primera impresión que me causa es que quizá estemos equivocados y ahora los toros y vaquillas no son animales. Quizá sean seres inanimados cuya existencia gira en torno a los festejos crueles y denigrantes vinculados a la tradición más obsoleta de la Hispania profunda.
Sí, quizá sea ese el motivo por el cuál se permite excluir a estos animales de esas leyes u ordenanzas de protección.
O será por el dinero que mueve ese mundo. Infrahumanos ávidos de sangre que se corren viendo torturar a un animal hasta la muerte.
(Ironía: Desativada).