AnimaNaturalis realizó en pleno invierno de Madrid un desnudo masivo contra la industria peletera. El centenar de personas que se desnudaron este domingo 29 de noviembre, pretenden representar el enorme número de animales que se utilizan para confeccionar un sólo abrigo de pieles. El objetivo de los participantes del acto es concienciar a la gente que no hay nada elegante en usar pieles de animales, y sí mucha crueldad y egoísmo.
Millones de zorros, visones, nutrias, linces, castores, chinchillas y otras especies son criados en cautiverio o atrapados de manera cruel para despojarlos de una piel que ellos sí necesitan. Nada justifica el uso de pieles de animales. Hoy en día podemos abrigarnos con otro tipo de materiales e incluso, lucir realmente elegantes y a la moda.
Los animales criados para convertirse en abrigos pasan toda su vida en sucias y diminutas jaulas. Algunos se vuelven locos por el confinamiento y desarrollan actitudes neuróticas como dar constantes vueltas alrededor de su jaula. Algunos animales se automutilan tratando de escapar o se canibalizan entre ellos por las condiciones de hacinamiento.
En las granjas peleteras los animales son matados generalmente por electrocución anal o genital, lo que les causa el terrible dolor de un paro cardíaco mientras están todavía conscientes. Otros métodos de matanza son romperles el cuello o ahogarlos. En ocasiones los animales son solamente adormecidos antes de despellejarlos.
Otra mentira de la industria peletera es decir que las pieles son prendas biodegradables. Sin embargo, en los procesos de curtido se emplean metales pesados que se vierten en las aguas, envenenando los ecosistemas acuáticos.
“A diferencia de la mayoría de las capitales del mundo, en Madrid se siguen viendo pieles en las calles. Las personas sensibles al sufrimiento animal vemos en las prendas de piel un acto de crueldad y dolor, no un artículo de lujo”, explica Andrea Padilla, portavoz de AnimaNaturalis. “La vanidad de unos pocos arranca la vida a millones de seres inocentes. No podemos quedarnos en silencio ante semejante injusticia”, agrega.
Hoy día no es necesario matar animales para vestirnos con su piel o pelo. Los animales necesitan su piel, nosotros no.
Millones de zorros, visones, nutrias, linces, castores, chinchillas y otras especies son criados en cautiverio o atrapados de manera cruel para despojarlos de una piel que ellos sí necesitan. Nada justifica el uso de pieles de animales. Hoy en día podemos abrigarnos con otro tipo de materiales e incluso, lucir realmente elegantes y a la moda.
Los animales criados para convertirse en abrigos pasan toda su vida en sucias y diminutas jaulas. Algunos se vuelven locos por el confinamiento y desarrollan actitudes neuróticas como dar constantes vueltas alrededor de su jaula. Algunos animales se automutilan tratando de escapar o se canibalizan entre ellos por las condiciones de hacinamiento.
En las granjas peleteras los animales son matados generalmente por electrocución anal o genital, lo que les causa el terrible dolor de un paro cardíaco mientras están todavía conscientes. Otros métodos de matanza son romperles el cuello o ahogarlos. En ocasiones los animales son solamente adormecidos antes de despellejarlos.
Otra mentira de la industria peletera es decir que las pieles son prendas biodegradables. Sin embargo, en los procesos de curtido se emplean metales pesados que se vierten en las aguas, envenenando los ecosistemas acuáticos.
“A diferencia de la mayoría de las capitales del mundo, en Madrid se siguen viendo pieles en las calles. Las personas sensibles al sufrimiento animal vemos en las prendas de piel un acto de crueldad y dolor, no un artículo de lujo”, explica Andrea Padilla, portavoz de AnimaNaturalis. “La vanidad de unos pocos arranca la vida a millones de seres inocentes. No podemos quedarnos en silencio ante semejante injusticia”, agrega.
Hoy día no es necesario matar animales para vestirnos con su piel o pelo. Los animales necesitan su piel, nosotros no.