Una lágrima se vislumbraba en el abismo de sus ojos
tan clara, tan pura, tan sutilmente diseñada
Y casi como algodón al verla, encogioseme el alma
Los mismos que ensalzan al hombre le hacen perder la batalla.
La vida ha de tener un precio.
No admito que venga un necio,
cargado con un pretexto recio
y me la lleve sin pagarla.
Y no me despoje después de mi sentir más profundo.
Si no es certero que mueve al mundo no solo el dinero
Ha de ser humano en su conjunto para ser más llevadero.
Ahí quedaba el can cubierto de apatía
Sin saber en que erró, sin saber por que lo hacía
No advertía que un día su dueño, se despojó del poco candor que acunaba su alma, y ahí lo dejo tan solo como a un perro, acompañando al alba.
El perro sollozó, como extrañaba a aquel ser que se hacía llamar persona, no comprendía que el querer no incluía al que abandona.
Volví poco después en su busca, yacía en el suelo derrotado por la añoranza. Desate la cuerda que al pasado le unína, y llorando los dos, nos fuimos a casa.
tan clara, tan pura, tan sutilmente diseñada
Y casi como algodón al verla, encogioseme el alma
Los mismos que ensalzan al hombre le hacen perder la batalla.
La vida ha de tener un precio.
No admito que venga un necio,
cargado con un pretexto recio
y me la lleve sin pagarla.
Y no me despoje después de mi sentir más profundo.
Si no es certero que mueve al mundo no solo el dinero
Ha de ser humano en su conjunto para ser más llevadero.
Ahí quedaba el can cubierto de apatía
Sin saber en que erró, sin saber por que lo hacía
No advertía que un día su dueño, se despojó del poco candor que acunaba su alma, y ahí lo dejo tan solo como a un perro, acompañando al alba.
El perro sollozó, como extrañaba a aquel ser que se hacía llamar persona, no comprendía que el querer no incluía al que abandona.
Volví poco después en su busca, yacía en el suelo derrotado por la añoranza. Desate la cuerda que al pasado le unína, y llorando los dos, nos fuimos a casa.